~LA CANCILLER DE
HIERRO~
(Relato de un suceso histórico, enmarcado en un encuentro ficticio)
En la guía turística que nos dieron al llegar a la Isla, me llamó la
atención ver que como parte del programa de viaje nos ofrecían una visita al
puerto. La atracción principal, según decían, era contemplar el busto de ella.
Fue más mi incredulidad, lo admito, la que me condujo hasta dicho lugar.
Me sonó tan extraordinario este hecho que sentí que debía verlo con mis propios
ojos. Era para no creérselo.
La verdad es que si no hubiese sido por una nota que
Yanis Varoufakis publicó en la revista digital theonion.com, y él mismo promocionó a través de su cuenta en
Twitter, a propósito de ella y el final de sus 16 años de mandato, el suceso
histórico se me hubiese pasado por alto, como a casi todo el mundo. Más el
título nomás ya lo decía todo: “EU Honors Angela Merkel’s Tenure by
Giving Her Greece.”
Trabajo me costó creerlo… Allí, en el lugar más
prominente del puerto, en efecto, yacía su busto. Y créanme, si no hubiese sido
por sus tetas no la hubiese reconocido: estaba cubierta de grafitis grotescos.
En un momento histórico como el que vivíamos; cuando la mayoría de las
estatuas, imágenes, cuadros, monumentos y demás de personajes alguna vez
considerados históricos habían sido destruidas con virulencia ‘Covid-na’ -como
yo he dado en llamarla-, o, en su defecto, puestas a buen resguardo en museos
obsoletos; ¿a quién se le pudo ocurrir la descabellada idea de levantar un
busto de ella, precisamente en Grecia?
Me quedé boquiabierta y, al mirarla fijamente, la brisa marina, como si
fuese una evocación de la diosa Minerva, me sopló estas palabras, Lo que más
me molesta de ella es no haber podido ser yo.
Sin comprender nada, me fui alejando de allí convencida de que la
historia, ya sea fresca o añosa, es un ovillo de enredos que siempre termina
por confundirnos más y más.
- He ahí el porqué de las tragedias griegas-, me dijo
mi compañero convencido; por algo él era economista y yo no.
C.S. Ariza-Olarte - Utrecht 28-9-2021