“… LO QUE QUEDA DEL AÑO...
2021” *
Aparte de las
botellas de champagne vacías, el reguero de tiestos y los adornos navideños ya
viejos y gastados me queda mi propia colección de poemas: ‘In promptu Poético’
que, aunque nadie excepto yo ha leído, y yace como todo lo que escribo en un
archivo de Windows y su nube correspondiente, me tiene matada y más
orgullosa que máxima. En él han quedado grabadas algunas personas que han
pasado por mi vida y he amado; también pedacitos de mi experiencia viviendo
como expatriada en un lugar que me es tan ajeno como hoy en día lo es la que se
supone debería ser mi madre-patria.
Ya un poco
afuera del plano personal, me quedan, entre otros, dos libros de poesía (los
dos forman parte de una trilogía que debo completar) que han sido escritos por Don
Mee Choi; una poeta que llegó a mi vida vía Twitter (no todo es fofo
ni obscuro en Twitter, lo admito) no solo para quedarse sino para
iluminarme el camino.
Todo se debió
a mi gana de saber más sobre Corea y su cultura. Un deseo que se despertó ya a mediados
del 2020 cuando, picados por películas como Parasite, junto con mi
esposo empezamos a sintonizarnos con las K-series, y en Netflix nos
encontramos con la primera de una lista que ha ido creciendo: “Stranger”, se llama. Nos costó un tris
empezar por aquello de la falta de familiaridad con el idioma y el tener que
leer los subtítulos en Neerlandés a una velocidad del carajo; pero, nos encantó
la manera de contar la historia y lo rico de los diálogos. Una vez metidos en
el asunto, terminamos enamorados de los personajes y, yo, empecé a investigar
sobre un escándalo que, según recordaba, había involucrado entre otras a la
entonces presidenta de Corea del Sur. Aunque
todo es ficción, debo decir, por lo bien lograda nos sonó muy real. Luego de
terminar los dos bloques de Stranger empezamos a ver a “Mr. Sunshine”…
Nos agarró fuerte la historia y yo terminé, como casi todas, prendada del Mister.
Entonces me metí de lleno a investigar sobre la verdadera historia de Corea
y mi corazón volvió a romperse al identificarse con el dolor del pueblo coreano;
algo me sonaba familiar y conocido… Más adelante vino “Memories of the
Alhambra”; un poco más en el plano de los videojuegos y la alta tecnología enmarcado
todo en un romance muy al estilo coreano, para nada español. Una de las cosas
que nos ha encantado de las series coreanas, valga la aclaración, es que casi
nunca hay escenas de sexo, por el contrario, el juego de la seducción es tan
sutil y silencioso que produce un placer rico, con sabor a jardín de las
delicias prohibidas. Y entonces llegó “Vicenzo”, otro romance esta vez
con un toque de mafia entre italiana y coreana. La última gota fue “Crash
Landing on You”, donde no solo se puede sentir sino aprehender el dolor de un
pueblo dividido; además del horror de la “DMZ” … A propósito, cito aquí la
frase con que Don Mee Choi abre su obra titulada “DMZ Colony” … “The Corean border is one of the
most militarized borders in the word.”
Fue justo
cuando estábamos viendo esta serie que me encontré con Don Mee Choi de lleno y,
de inmediato, pedí a mi proveedor on-line los dos libros disponibles en el
mercado holandés: “Hardly War” y “DMZ Colony”. Con este último Don Mee, entre
otros, acababa de recibir el premio “National Book Award”. En el 2021 le fue
otorgada la beca del ‘MacArthur Foundation’.
Desde
entonces la sigo en Twitter y la he escuchado y leído a través de las redes con
mucha curiosidad y admiración… De cierta manera, entre otras cosas, me he
identificado con ella y su experiencia como inmigrante coreana en USA. Por eso,
aunque debería haber escrito esto en inglés para ella, he preferido hacerlo en
la lengua que me ha dominado durante toda mi vida (lengua madre, la llamamos) y
con la que me siento lógicamente más cómoda; pequeña pero no empequeñecida; algo
así como poderosa no empoderada. Sé que dado el caso que esto llegue a sus
manos ella sabrá entenderme.
En mi próxima
entrega que será una pequeña disertación sobre el ‘lenguaje inclusivo’ les
contaré un poco más sobre Don Mee Choi y la manera como me ha, digamos,
iluminado.
*El libro de fondo que aparece en la
foto es una herencia de mi cuñado (q.e.p.d.), quien como buen comunista de los
60’s en su biblioteca personal tenía propaganda norcoreana (ups!)
C.S.
Ariza-Olarte, Utrecht 4-1-2022