Un Poema de Caroline Bird*
De la colección titulada: The Air Year, Checkout, pag. 16
Traducido por C.S. Ariza-Olarte
“Registro
de Salida”
Yo pienso…
Así que esto es la muerte y… me sorprende que
aún pueda ver a través de mis ojos. Un ángel
se aproxima
con una encuesta que pregunta…
Qué
calificación le daría a mi vida (muy buena, buena,
regular,
mala, muy mala), tiendo a pulsar
‘regular’
y, al maldecir, rememoro tu rostro como
un valioso
busto de historieta cómica
brillando
cual sol Azteca y… marco
‘muy buena’.
Abajo, en la casilla de comentarios, escribo
‘buen
trabajo’. El ángel me pregunta si he disfrutado
mi estadía
y yo le respondo… ¡Oh sí, sin duda
regresaría!
Él, me echa una lánguida mirada
como quien
dice… Eso no será posible, pero gracias
de todas
formas; chasquea su esfero y se desvanece
en el aire.
*Nota
adjunta de cómo me encontré con Caroline Bird…
Hay cosas
que me encanta hacer y las hago, sin pedir permiso. Por ello, de antemano, mis
excusas para Caroline Bird, y también para todas la traductoras profesionales
por inmiscuir mis narices de ratoncita de biblioteca en sus peliagudos asuntos.
A Caroline
me la encontré de ‘pura chiripa’, o sea: Serendipity, uno de esos días
en que me aventuré por las librerías de Ámsterdam y, en un pequeño huequito dedicado
a la Poesía, zas, vi su librito justo al lado de los de una de mis favoritas:
Louise Glück. De entrada me sorprendió que estuviese allí, pues se supone que
esa era la librería de los libros en Inglés sí, pero, de escritores americanos,
no ingleses, o sea… Lección que he ido aprendido con el tiempo, y que no ha
dejado de sorprenderme por lo descabellado del caso, y, además lo falto de
sentido que puede ser el intrincado mundo editorial y/o ¿mercado global de
libros?
En todo
caso, sin saber quién era lo puse en mi cesta con algunos otros libros
escogidos de Glück y, saben qué, no me equivoqué, Caroline Bird me ha encantado
con su manera, vamos a decir, traviesa, de transportarnos a su universo
poético. Además, aunque al leerla extraño mucho mi antología de Kaváfis
(perdida en un tsunami llamado, ‘Divorcio’), también me fascina por lo mismo:
me hace pensar mucho en él, y lo misterioso de su mundo erótico, con ese
delicado olor a sexo prohibido -en aquellos tiempos-, ahora mucho más abierto y
libre -creo-.
Utrecht, marzo 3 del 2023
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