jueves, 1 de febrero de 2024

 


Traducción de un poema de Natalie Diaz*

                                                        ‘Blood-Light’, Postcolonial Love Poem’, pag.5

 

                              ‘Sangre-Luz’                              

Mi hermano porta un cuchillo en sus manos.

Ha decidido matar a mi padre.

 

Ésta bien que podría ser una historia bíblica,

si no hubiese sido ya una acerca de las estrellas.

 

Yo lloro alacranes -los escorpiones traquetean

sobre el piso como tijeras amarillo metálico.

 

Caen patas arriba sobre sus espaldas y ojos,

se tuercen y retuercen sobre sus barrigas segmentadas.

 

Mi hermano, de nuevo, ha olvidado ponerse los zapatos.

Mis escorpiones lo rodean y laceran sus talones.

 

En ellos se anida lo que en mí apesta­­­-

Eso pone a mi hermano contra el piso.

 

Aún con el cuchillo en la mano, se alza.

Mi padre sale corriendo de la casa,

 

recorre la calle llorando como un poste de luz.

Aunque está oscuro, nadie enciende sus luces.

 

La única luz que permanece yace en los escorpiones-

queda también un ápice de luz en el cuchillo.

 

Ahora mi hermano quiere dármelo, el cuchillo.

Algunos dirán que… Mi hermano quiere apuñalarme.

 

Él trata de entregármelo como si fuese una buena cosa.

Como quien dice… ¿No deseas un poco de luz en tu barriga?

 

Como la ruta de Orión y Escorpión-

cruzando la noche negra -más allá del sol.

 

Mi hermano afloja su boca-

entre dientes escupe rojo Antares.

 

Una manera de, con un cuchillo, abrir un cuerpo a las estrellas.

Una manera de amar a tu hermana, ayudándola a sangrar luz.

                                                                      

                                                                                 Traducido por C.S.Ariza-Olarte

 

 

*El 13 de noviembre del 2023, como regalo de cumpleaños, sorprendida, encontré en la librería de Utrecht dos ejemplares de Natalie Diaz, a quien había leído un poco en revistas literarias estadounidenses. Los compré sin pestañear y, de verás, fue una de las mejores adquisiciones del año: “Postcolonial Love Poem” y “When my Brother was an Aztec”; publicados por Faber&Faber.

 

Este poema, Sangre-Luz, me impactó mucho, tanto que leí de una todo el libro y, luego, sin más, me lancé a traducir algunos poemas. El primero éste.

 

Y, por ahora, esto es todo. Gracias por acompañarme y leer un poco de lo mucho que escribo año tras año.

 

 

 

 

           

miércoles, 25 de octubre de 2023

 

EL PROBLEMA DE LOS 3-CUERPOS / THE THREE-BODY PROBLEM*

 



 

 

“Se vende amor”, puede leerse en

el aviso ‘funky’ que titila a la entrada,

cuando el sol apenas se vislumbra en el Poniente y

sientes su tibieza en tu cuerpo.

 

Una vez trans-pasas

                                               Mind the Steps!

te repetirá una vocecita interior mientras

recorres su  ‘ORBITA HOMO-CLÍNICA’ y

te sientes tan relajada y estable que

ni se te ocurre que

tu sol te pueda traer problemas…

 

Y te adentras…

¡Zona de Alta Tensión! Puede leerse en un

‘Zapato de Caballo’ tatuado que llegó a

galope y…

tik-tok  tik-tok  tik-tok… te pinta una corona

cuando su sol casi alcanza el Mediodía…

Aún estable

vislumbras

en tu lecho de amor

los tres cuerpos…

estables… estables…estables..

Moviéndose rítmicamente conforman

un Funky-Cielo colmado de

figuras geométricas tan perfectas como divinas…

estables-estables-estables

                                                           Mind the Steps!

Te repetirá más fuerte una vocecita interior…

Has penetrado en una zona de conflicto…

Dos estables… uno inestable; dos inestables…uno estable

Te revuelcas…

El galope se hace más y más rápido

Tik-tik-tik tokkk; tokkkkk tikkkkkktik tok;

Estable-inestable-estable; inestable-inestable-estable;

estable-estable-inestable…..

Sientes que te quemas, hueles a chamuscado…

The Chaotic Motion! piensas y

ves por fin el problema…

Recuerdas las lecciones…

Mantener el ritmo a

una velocidad constante…

Sin importar las posiciones crear

Una ‘fase-espacial’ altamente dimensional… hasta

lograr subjetivizar los tres cuerpos en

un futuro tan incierto como un hijo: ¡The Periodic Orbit!

Y ¿qué será de él cuando el sol se ponga? pregunta

!The skeleton of the dynamics!

¿Carbón o hielo?

                                                                                   C.S. Ariza-O, Utrecht, 11-10-23



*Este poema nació una tarde en que tres factores se dieron cita: la novela de Science Fiction de Cixin Liu, traducida al inglés por Ken Liu, 'The Three-Body Problem'; una clase magistral sobre '3-body Problem', que ha mantenido por muchos años ocupados a los científicos que tratan de dilucidar el 'origen del universo' y una visita a una exposición de la obra de M.C. Escher, pintor neerlandés que ha inspirado a muchos científicos con sus pinturas y grabados, y a mí me encanta.

Debo agregar que el lenguaje que los científicos usan para describir los fenómenos siempre me ha fascinado. Lo encuentro tan rico y deliciosamente cargado de metáforas que de pronto me da por ponerlas en un poema, como el que acaban de leer. 

lunes, 24 de abril de 2023

 

“HISTORIA DE UN SUEÑO CON DOS CARAS”

                                                               

Como en “El Zahir” de Borges mi sueño tenía dos caras. En el Verso, la figura central era una imagen diáfana y esbelta de un árbol en todo su esplendor; con sus fuertes raíces extendidas por doquier, su elegante tronco erguido y sus extremidades abiertas al universo;  al fondo ella: la Naturaleza en pleno… ríos, mares, cascadas, montañas, cordilleras, nevados, desiertos, selvas y… el reino animal, mineral y vegetal minimizados en una ilusión visual tan mística como divina. Como si Leonardo da Vinci se hubiese fusionado con alguno de los maestros de la Dinastía Song, pensé en un instantón.

En el Anverso una imagen geométrica tan multidimensional como la cinta de Möbius, o, por qué no, una creación de Escher, se me ocurrió en su momentum.

 

Sentados frente a frente en el plató estaba él, uno de mis críticos más acerbos y ‘adorables’, y yo, su admiradora de ocasión.

Lilit Pound, a pesar de aparecer en su perfil portando el título de Comunicador Científico, ¡extraño!, tenía ideas, conceptos y preceptos tan rígidos como dogmáticos sobre todo lo divino y humano y, con su graciosa sonrisa y zalamería, casi sin decirlo ni darme la oportunidad de hablar, explícitamente, en su introducción, me acusó de transgresora de las leyes científicas; cosa que, lo admito, en vez de molestarme, me halagó; mucho más de lo que yo misma hubiese querido. (El ego es algo que trato de mantener muy bien controlado, de hecho ella, la verdadera protagonista, había sido llamada La asesina de Egos).

Recuerdo que pensé, «Así que es de esto de lo que se trata» y, saben, se me vino a la cabeza “El Proceso”, de Kafka y, por ende, el de la vida misma de todo ser humano… Nacer culpables para vivir avasallados por un pecado original tan inventado como perverso. ¡Y vaya si de inventos perversos estaba lleno el mundo!

¿Qué castigo me tendrían reservado por haberme atrevido a Ser sin adherirme a nada ni nadie? ¿No era acaso suficiente con el ostracismo que yo misma me había impuesto para no darles el gusto de condenarme en sus redes sociales a esa hoguera  pública que ahora llamaban Cancel Culture?

 

Picada, sorpresivamente me saqué de la manga mi «Tara de la Buena Fortuna» y, zas, la puse a rodar sobre la mesa que nos separaba y, sin ningún rodeo…

—¿A qué apuestas a cara o cruz? ¿A verso o anverso?, le pregunté.

Lilit, fue obvio para mí, se sintió molesto y, extraño, no supo muy bien cómo reaccionar. Le estaba moviendo la silla; mi pregunta lo sacaba de su zona de confort, de su libreto fríamente calculado.

Yo, bien sentada, pensé en las lecciones de mi maestra suprema. De ella había aprendido a ir por la vida sin agenda ni libreto ni, menos, planes trasados con antelación. A decir verdad iba tan libre que, luego de muchas idas y venidas, me había hecho por fin totalmente responsable de mí misma, de mis actos y, sobre todo, de mis palabras creadoras o, simplemente, metáforas. Una lección magistral y formidable.

—No te entiendo, me respondió Lilit y, ¡zas!, puso su mano bruscamente sobre la moneda danzante.

Yo, sonriendo, tomé su mano con dulzura de gata y miré el Zahir: había caído en el Verso;

«lo Real», dije en voz alta y agregué, «la Sinceridad».

—Pero ¿qué dices? ¿De dónde sacas eso?, me preguntó seco.

—Para ser sincera, no entiendo bien por qué o para qué me has invitado a tu plató?

¿Exactamente de qué quieres que hablemos? ¿De mí? ¿De mi labor como escritora? No sé. De mi trabajo no creo. Si uso la palabra labor y no trabajo; es porque te he oído hablar con bastante entusiasmo sobre las nuevas corrientes y, cómo, en las «narrativas que ahora marcan tendencia» el arte de escribir no es ni arte ni, menos, algo que deba ser considerado un trabajo. Así que no tengo ni idea; pero se me ocurre que quizás sea de ella, de la verdadera protagonista, de la que quieres hablar.

—Si quieres que te diga la verdad, yo solo quiero hablar de literatura contigo, me respondió con una mueca patética a la que yo le apliqué el emoticón más viejo de la historia: una sonrisa de diosa Quimbaya que siempre me ha dado paz.

—¡Ah! Todavía mejor, le dije, ¿y qué quieres preguntarme o saber sobre literatura que ya no hayas dado por hecho o preestablecido en tu intro?

—Como comunicador científico me interesa saber qué te llevó a escribir una novela de ciencia ficción tan radical y con tan pocos fundamentos teóricos?

Así nomás me lanzó la pelota directo a la cara, y, saben, me gustó; por fin me acercaba a mi meta.

—Qué buena pregunta, le dije echando mano de las típicas frases cliché entre entrevistador y entrevistado… me faltaba el… At the end of the day… y ¡zas! se lo apliqué justo aquí … At the end of the day….cuando por fin, como todo buen científico, encuentro el espacio y el tiempo para estar sola, y puedo en mi solitud sentarme a pensar y concentrarme en mi cuento, sin que nada ni nadie me perturbe, yo escribo lo que se me antoja y cómo se me antoja. Como ves en este punto mi labor es la misma que la del científico-teórico: sentarme a pensar; pero lo que cambia es el resultado final; aunque los dos usemos las mismas palabras el mensaje es otro, lo admito. Aunque como los científicos locos me encante experimentar cuando escribo; mezclar estilos como ellos mezclan formulas; o inventar tesis, antítesis, hipótesis y, en aras de comprobarlas, o, por qué no, demostrar su falta de veracidad, haga uso de las mismas metáforas; yo soy libre para buscar otros caminos, con o sin salidas ciertas; para crear argumentos tan fantásticos como impensados, o fabricar universos tan invisibles como titilantes; para conjeturar, suponer, falsear, parir personajes monstruosos o angelicales y construir escenarios tan idílicos como impenetrables; y esa libertad, sencillamente, me la da la naturaleza de mi lenguaje de escritora de ficciones. Con mi pluma en la mano y la Sinceridad como lema mi labor es diferente a la del científico cuya búsqueda es la Verdad. Él, para desarrollar su labor, debe aceptar, sin chistar ni pio, la exactitud científica y el rigor de la academia; mientras que yo no.

Si he colocado el Zahir sobre la mesa y lo he echado a rodar es solo porque me ha parecido la manera más gráfica y fácil de explicarte todo lo que creo te atormenta. Si observas con detenimiento y sin prejuicios ni preconceptos las dos caras, quizás logres ver lo que yo veo…

En este punto Lilit trató de cambiar el rumbo de la conversación, pero yo le callé la boca diciendo…

—¡Mira! Fíjate bien, para mí, entre las dos caras de mi Tara de la Buena Fortuna: el Verso y el Anverso; hay un espacio-momentum, un hueco que parece negro pero en realidad es transparente y permite que cuando yo pongo a rodar la moneda… Verso-Anverso; Tesis-Antítesis; Cara-Cruz; Espacio-Tiempo… en fin… las dos caras, dancen sincrónicas y fusionadas. ¿Qué fuerza o poder es ese? ¿Cuál es su función?  ¿Para qué sirve?... Todas esas preguntas y las que se te ocurran, en lo que a mí respecta, se concretan y concentran ahí, en ese hueco negro: un misterio supremo al que yo llamo Literatura. Parte de mi quehacer como escritora ha sido, es y será contemplar la danza sagrada; escuchar la música y traducirla en palabras; dejar así que ella o, vamos a decir, mi Pa-Ma creador, hable a través de mí.  

En lo que a mí concierne, es en esa danza sagrada en la que la Naturaleza se muestra tal y como es: tan simple como compleja; tan sencilla como intrincada; tan libre como interdependiente; tan transgresora como responsable; tan predecible como incierta; tan confiable como rebelde; tan transmutable como perenne; tan flexible como adaptable; tan caótica como ordenada y... sobre todo, tan evolutiva… de ahí la danza sagrada. Mientras que, del otro lado, se encuentra la Ciencia, que en su afán por desvelarle sus más arcanos secretos, no ha tenido ningún reparo en violarla y, de a poco; al paso de sus increíbles logros y soberbios descubrimientos; le ha ido ahogando, asfixiando, deforestando, arrebatando sus espacios y acelerando sus tiempos.

—Te oigo y siento que me estás dando la razón, dijo con fuerza Lilit. A tus razonamientos les falta base científica; son demasiado simples. De hecho tengo aquí una cita tuya que me gustaría leer si me lo permites.

—Adelante, le dije segura y contenta con lo que veía venir…

Entonces Lilit leyó una frase de un ensayo que escribí mucho antes de mi novela y dice…

 

«En aras de encontrar la Verdad, la ciencia se muestra tan rígida que, paradójicamente, para defenderse de sí misma se asfixia dentro de laberintos sellados por el rigor de leyes inamovibles y reglas tan exactas e inexorables que han terminado por hacerse oscuras e inextricables para la gran mayoría».

 

Cuando terminó de leer, acusador me repitió: —Esto me parece una aseveración muy poco confiable viniendo de una escritora que está muy lejos de ser científica.

—Exactamente. Esas son las palabras de una escritora que, dentro del contexto de su ensayo, fueron usadas para hablar de las diferencias entre las dos disciplinas: literatura y ciencia o, para centrarnos en nuestra charla de hoy, entre Sinceridad y Verdad.

Por eso, Lilit, me podrás acusar de todo menos de no haber sido sincera. Yo, como ella, o si lo prefieres, mi Pa-Ma creador; una vez realizado mi experimento literario, decidí seguir las leyes de ella: la verdadera protagonista, y poner, transparente, a buen resguardo el secreto. Como en un juego de espejos, o en un espectro de luces, dejé que la una reflejará a la otra en todo su esplendor y en todo su hermetismo; en toda su magnanimidad y en toda su crueldad; en toda su sabiduría y en todo su azar, casualidad o «serendipity».

Y es quizás esa libertad la que más te asusta a ti, al científico, al stablisment, al tirano y a la Academia. ¡Ella y yo, al ritmo de la Naturaleza, somos subversivas!

 

Mientras yo hablaba, Lilit empezó a desdibujarse, a esfumarse como en un truco cinematográfico, ¿o en un sueño? No obstante su micrófono parecía un dedo acusador señalándome directamente. Yo, ya un poco en trance, continué con mi acto final…

Desgarrando mis vestiduras, le dije,

—Si me acusas de no seguir las reglas de la Academia y demás instituciones por haber preferido ser «autodidacta», ¡MEA CULPA!

Si me acusas de arbitraria por no seguir las reglas ni las normas de la comunidad científica, ¡MEA CULPA!

Porque después de todo, tú en tu búsqueda de diversidad me podrás acusar de todo menos de no haber sido cuidadosa de mis palabras. De todo menos de no ser una con ella; parte y arte de la Naturaleza y la vida misma.

Tú y ellos, los que sean, podrán decir lo que quieran pero, hoy más que nunca, en pleno Climaterio, para mí es un hecho, una verdad, que el hombre en su afán por desvelarle todos sus secretos la ha ido desnaturalizando y, que peor aún, en vez de transcender, él mismo se ha ido deshumanizando y… que… ¡Eureka, Ese nomás es el Secreto, no ningún invento!… Y, zas, diciendo esto me desperté en su cama con Lilit, la gata, en el medio. Feliz volví a gritar ¡Eureka! Tenía por fin la disertación final sobre «Ética y Literatura en la Ciencia» que debía dictar aquel día en la mañana y, ¡Joder!, eso también era parte del ¿Secreto o del Sueño?

                  Alguien no ha vacilado en afirmar que eso ya es instintivo”.

 

Carmen Socorro Ariza-Olarte, Utrecht, febrero 2023, al amanecer del día en que

La Comunidad Internacional celebra a “La Mujer y la Niña en la Ciencia”.

 

 

 


miércoles, 15 de marzo de 2023

Epitafio a Raúl del Cristi Gómez Jattin

 “Epitafio a Raúl del Cristi Gómez Jattin”

1945 (del Libano a Cereté) – (De Cereté a Cartagena de Indias)1997


 

A una suerte de Montaña Mágica o

Monte de los Olivos, calienticas,

se elevaron ellas para arrancarte de

las garras de las Furias del olvido.


Era el tiempo de las mariposas amarillas y

las banderas Arcoíris vaiviniéndose en el cielo que allá

en tu inframundo

No dejó de ser el mismo tiempo macondiano que

se va y se viene… se va y se viene y… sin irse…

regresa… mientras…

Alguien dibuja

 el retrato de Jattin y tú recitas a Lola…

 … “El cuerpo de esa tarde es un fluido tenso entre el pasado y el futuro 

Que en ciertos lugares de mi angustia se coagula como

Una caracola instantánea”.


En busca de tu calorcito

Almost Obscene

and your “Clear talent for poetry”

dos poetas te han hallado embalsamado en sábanas

olorosas a Wit escritas con sangre queer, espuma pélvica y

Dolores de parto

Hoja a hoja te han desenrollado y aunque,

por el contrario de la Alcestis de Eurípides

yazcas todavía muerto, ellas, valorando al loco

en su propia lengua te han llamado por tu nombre y 

devuelto tu voz de poeta desterrado,

sin generación ni nombre,

hijo de una Patria en la que…

todos estamos enterrados vivos”.


¡Descansa en paz poeta, tu voz resuena, por fin, en los pasillos de las grandes Academias, colgada de tu hamaca en las redes sociales.

¡Tu nombre ha quedado así escrito con preseas de oro! 


                                                   Escrito por Carmen Socorro-Ariza, 3-13-2023, Utrecht-Países Bajos




Referencias y Agradecimientos


RAÚL GÓMEZ JATTIN: One Memory Alone, adapted by David Pegg – Asymptotejournal.com- 3-3-23 

RAÚL GÓMEZ JATTIN, Almost Obscene, translated by Hedeen Kathleen M., Lott Olivia -Cleveland State University Poetry Centre.

Where the Poems Live: In Conversation with Katherine M. Hedeen and Olivia Lott by M.L. Martin -Asymptotejournal.com-.

GÓMEZ JATTIN, Un Potro desbocado en las Praderas del Cielo, Milcíades Arévalo – El Magazín, Blogs-El espectador- 30-5-2012

María Mercedes Carranza, Poesía Completa, poema “La Patria”, pag.80; Lumen Editores.

María Cristina Hernández-Ariza; Retratista, Cartonista y Bloguera ¡Subjuntivista! 






martes, 14 de marzo de 2023

 

    


Historia de dos lenguas y una traducción

¿Cuándo empieza en realidad a gestarse una historia?, fue la pregunta que se repitió una y otra vez en mi cabeza anoche, luego de haber sido confrontada conmigo misma y con la traducción que, como simple aficionada, hice encantada de un poema de Caroline Bird (el cual pueden leer en mi entrada anterior) llamado en su versión original en inglés, “CHECKOUT”.

Y quizás el título que le doy a esta disertación –si así puede llamarse—, no sea el correcto, puesto que en mi vida diaria no hay dos, sino tres lenguas, que se debaten, mezclan, bloquean o fluyen constantemente: Español (lengua ‘materna’); Inglés (segunda lengua) y Neerlandés (tercera lengua). Como escritora, normalmente escribo en Español; como lectora lo hago en cualquiera de las tres lenguas y, en mi vida cotidiana, la lengua es el Neerlandés; y, por ende, al traducir tanto como gano, suelo también perder un tris; algo en alguna parte que hace que no me sienta totalmente satisfecha con el resultado, o piense que pude haberlo hecho mejor. Esto precisamente me ha sucedido con este poema en particular; el cual empezó a darme vueltas en la cabeza hace ya más de 2 años, cuando me dio por morderlo cual manzana de la discordia.

Fue en medio de la Pandemia, cuando nos dieron salida por dos o tres semanas, que me encontré en una librería con el libro de poemas de una escritora de la que nunca antes había oído hablar (Caroline Bird) y, luego de una ojeada rápida, me decidí a ponerlo en mi cesta, cosa de la cual no me arrepiento (ver la nota con el cuento en mi entrada anterior). Por el contrario, me ha gustado mucho, tanto que no pude dejar de repetir y traducir en mi cabeza el poema que nos ocupa, ‘Registro de Salida’, como yo decidí llamarlo. En fin, el primer borrador del poema fue quedando en un cuaderno en el que cada entrada, cada nueva idea o perspectiva diferente tuvo su registro correspondiente;  hasta que entendí más y más la dimensión total del poema. Traducir, puedo ahora asegurarlo, no es una cuestión fácil, cada poema es una obra y, como tal, es una labor muy compleja; de ahí que siempre, aún antes de haberme puesto en esta tarea, me sorprendiera mucho la manera como algunos traductores decían haber traducido una novela completa de algún autor archiconocido en cuestión de días. Eso para no hablar de las nuevas tecnologías, Chatbots o IA’s .

Con este signo de interrogación danzando, lo mágico de mi historia llegó un fin de semana cuando me reencontré de nuevo con el dichoso poema y, al leerlo en voz alta, por fin me sonó bonito y me gustó como había quedado. Entonces llevada por un impulso quise colgarlo en mi blog.

Mi blog, lo aclaro, no es un sitio muy concurrido, vamos a decir que solo cuando me animo a enviarle el link a mis dos lectoras-amigas, alguien diferente a mí lo lee. ¿Por qué?, no me pregunten a mí, pregúntenle a Google, sorry! Así entonces el sábado 3 de marzo del 2023, le hice una foto-montaje al libro de Caroline y procedí a colgar junto a la foto mi traducción del poema. Así se quedó, pues todavía no me animé a publicarlo, algo no acababa de convencerme. Entre frustrada y pensativa, entonces, me dio por ver mi Twitter y, zas, me llevé la sorpresa de que una poeta a quien sigo a diario (Robin Myers) había hecho alusión a algo de Caroline Bird en su cuenta. ¡Vaya casualidad!, pensé, y lo consideré una buena señal… ¡Era hora de publicar el poema! Así lo hice y, cuando estuvo listo, le envié el link a mi lectora-amiga-prima (MaríaSantina), quien un ratito más tarde me respondió diciendo que le había encantado… Así, ya había llegado el domingo: yo habito aquí en Utrecht; y ella allá en Carolina del Norte.

En la tarde, de pronto mi prima me envió un mensaje preguntándome si en el poema, vamos a decir, la hablante, le había mentido o no al ángel, y me hizo dos o tres correcciones gramaticales, que yo le agradecí infinitamente (problemas de lenguaje dentro de mis sistemas digitales, ¡ups!). Sobre la pregunta, le respondí lo que yo pensaba y listo. No obstante ella insistió con sus preguntas y, yo, tratando de entender su confusión, le dije sinceramente lo que creo he aprendido sobre el oficio de leer, y el de traducir. Le dije que yo en realidad como traductora era una especie de ‘traidora’, y que por eso quizás mi traducción no se ajustaba del todo al texto original, pero que también era verdad que los buenos poetas y los buenos poemas tienden a ser poco transparentes, poseen zonas grises, que se prestan a múltiples interpretaciones y que eso en inglés se denomina, ‘WIT’; además, añadí, que no debíamos tampoco perder de vista el hecho de que el poema estaba sacado de su contexto (la colección completa). Y, para cerrar, le envié una foto del poema original. Aquí les aclaro que ella, como ciudadana americana que es, domina mucho más que yo el idioma inglés; así que no me sorprendió para nada que un poco más tarde me hubiese enviado un correo diciéndome que la confusión estaba en mi traducción de la palabra ‘chest’.   La cual ella tradujo como ‘baúl’ y yo, a conciencia, traduje como ‘busto’.

Esto simplemente ha sido para mí un motivo de alegría inmensa, además de alimento para mi curiosidad de escritora-lectora-traductora; pues me ha permitido experimentar en carne propia todo lo que he ido aprendiendo de las poetas y traductoras que han formado parte de mi vida en los últimos 4 o 5 años; no sólo como escritora, sino también como aprendiz de poeta. Entiendo mejor las discusiones alrededor de la veracidad y transparencia que debe o no tener un traductor cuando trabaja un texto. Pensé en lo interesante del ejercicio que sin proponérnoslo habíamos emprendido mi prima y yo. Pensé en la historia de una palabra dicha por una poeta en su propia lengua, y la historia de la misma dicha por una traductora en su lengua materna. Pensé y pensé… que una cosa es la historia detrás y otra las connotaciones semánticas y, entonces, me dije, que mejor no adentrarme tanto en ese denso campo. Puesto que a quién darle la razón, era y es mi cuestión.

Y para no pecar de egocentrista, ni creer que mi traducción de la palabra ‘chest’ era o es la correcta, o la mejor, o la que más se adapta al poema; me ha dado por reescribir el poema usando la palabra de mi prima y pues me suena bien, pero claramente no es mi voz…  Ahora bien, una cosa es mi interpretación, o la de mi prima, y otra, muy distinta lo que la autora, en su momento de creación y su texto original, quiso en realidad decir. Ese es y será el misterio, la zona gris, que se quedará siendo una cuestión que sólo ella, la poeta-autor del poema, podría ayudarnos a despejar; mas si de algo estoy segura es de que nunca lo haría o, por lo menos yo, si fuese ella no lo haría. Ningún poeta lo hace, creo.

Algo diferente es que la autora se siente con su traductora a conversar y discutir sobre el texto cuando este está en proceso de ser traducido; cosa bastante usual me parece entender, y que puede dar también muy buenos resultados. (Debo pensar en Don Mee Choi y sus aclamadas traducciones de Kim Hyesoon,  por ejemplo).

Otro caso, se da cuando dos traductoras, hablantes nativas de una lengua, inglés, por ejemplo, se reúnen para llevar a cabo una traducción ejemplar de un autor y su obra, escrita en un idioma que ellas dominan pero no es su lengua materna.  (Aquí se me ocurre un caso como el de Katherine M. Hedeen y Olivia Lott, quienes juntas, tradujeron la obra de un marginalizado poeta colombiano a quien adoré en mi época universitaria llamado, Raúl Gómez Jattin’s (Almost Obscene)… publicado por Cleveland State University Poetry Center  (@kmhedeen & @oliviamlott).

Coincidencia o no, mientras escribía esto, zas, se reportó un Twitter de Caroline Bird en la que ella hace énfasis en una frase de un texto de Elizabeth Bishop que dice… You don’t ask a poem what it means, you have to let it tell you’.

Entonces, para que más. Con esta frase y un té caliente en mi mano me dio por volver a leer mi dichosa traducción y, como de la nada, zas, lo agarré, el detalle final, era simplemente que había usado un indicativo cuando debía haber usado el subjuntivo… es ‘pueda’ y no ‘puedo’. Una pinche vocal y, zas, toda la estructura se ve afectada. Y es obvio, en Inglés no hay subjuntivo que valga!

Carmen Socorro Ariza-Olarte

  

 

 Un Poema de Caroline Bird*

De la colección titulada: The Air Year,  Checkout,  pag. 16

 

                                                                               Registro de Salida”

                                                                                                                                                             Traducido por C.S. Ariza-Olarte

Yo pienso… Así que esto es la muerte y… me sorprende que

aún puedA ver a través de mis ojos. Un ángel

se aproxima con una encuesta que pregunta…

Qué calificación le daría a mi vida (muy buena, buena,

regular, mala, muy mala), tiendo a pulsar

‘regular’ y, al maldecir, rememoro tu rostro como

un valioso busto de historieta cómica

brillando cual sol Azteca y… marco

‘muy buena’. Abajo, en la casilla de comentarios, escribo

‘buen trabajo’. El ángel me pregunta si he disfrutado

mi estadía y yo le respondo… ¡Oh sí, sin duda

regresaría! Él, me echa una lánguida mirada

como quien dice… Eso no será posible, pero gracias

de todas formas; chasquea su esfero y se desvanece

en el aire.

C.S. Ariza-Olarte, Utrecht 

*En la foto pueden leer el poema original de Caroline Bird, THE AIR YEAR,  PAG,16 / Carcanet, U.K.

 

 

 

 

                                                                              

 

 

 

  

sábado, 4 de marzo de 2023

 



Un Poema de Caroline Bird*

De la colección titulada: The Air Year,  Checkout,  pag. 16

Traducido por C.S. Ariza-Olarte

 

                                                          Registro de Salida”

                                                

Yo pienso… Así que esto es la muerte y… me sorprende que

aún pueda ver a través de mis ojos. Un ángel

se aproxima con una encuesta que pregunta…

Qué calificación le daría a mi vida (muy buena, buena,

regular, mala, muy mala), tiendo a pulsar

‘regular’ y, al maldecir, rememoro tu rostro como

un valioso busto de historieta cómica

brillando cual sol Azteca y… marco

‘muy buena’. Abajo, en la casilla de comentarios, escribo

‘buen trabajo’. El ángel me pregunta si he disfrutado

mi estadía y yo le respondo… ¡Oh sí, sin duda

regresaría! Él, me echa una lánguida mirada

como quien dice… Eso no será posible, pero gracias

de todas formas; chasquea su esfero y se desvanece

en el aire.

 

*Nota adjunta de cómo me encontré con Caroline Bird…

Hay cosas que me encanta hacer y las hago, sin pedir permiso. Por ello, de antemano, mis excusas para Caroline Bird, y también para todas la traductoras profesionales por inmiscuir mis narices de ratoncita de biblioteca en sus peliagudos asuntos.

A Caroline me la encontré de ‘pura chiripa’, o sea: Serendipity, uno de esos días en que me aventuré por las librerías de Ámsterdam y, en un pequeño huequito dedicado a la Poesía, zas, vi su librito justo al lado de los de una de mis favoritas: Louise Glück. De entrada me sorprendió que estuviese allí, pues se supone que esa era la librería de los libros en Inglés sí, pero, de escritores americanos, no ingleses, o sea… Lección que he ido aprendido con el tiempo, y que no ha dejado de sorprenderme por lo descabellado del caso, y, además lo falto de sentido que puede ser el intrincado mundo editorial y/o ¿mercado global de libros?

En todo caso, sin saber quién era lo puse en mi cesta con algunos otros libros escogidos de Glück y, saben qué, no me equivoqué, Caroline Bird me ha encantado con su manera, vamos a decir, traviesa, de transportarnos a su universo poético. Además, aunque al leerla extraño mucho mi antología de Kaváfis (perdida en un tsunami llamado, ‘Divorcio’), también me fascina por lo mismo: me hace pensar mucho en él, y lo misterioso de su mundo erótico, con ese delicado olor a sexo prohibido -en aquellos tiempos-, ahora mucho más abierto y libre -creo-.

Utrecht, marzo 3 del 2023    

 

 

 

 



lunes, 23 de enero de 2023

                                                                                 Nuevo Año Lunar

Para iniciar el año del Conejo, quiero hacerlo con mi propia interpretación de uno de mis poemas favoritos de Don Mee Choi, de quien ya les conté un tris en mis anteriores entradas. Ella marcó muchas de mis lecturas y escritos en el 2022 y seguirá haciéndolo, de eso estoy segura. Por hoy, y para darle inicio a la sesión del 2023 con ‘Buena Ventura’ : “ Una Pequeña Confesión”.


(Traducción del poema “A Little Confession”, 

  Don Mee Choi, “ HARDLY WAR”, pg. 22)


          “UNA PEQUEÑA CONFESIÓN”


   Solía pensar que mi padre era un extranjero

quise crecer para, como mi padre, ser extranjera

     Finalmente lo conseguí: fui una extranjera

       Ya no pretendo escribir en Inglés 

      porque, como yo, Él es un extranjero mas

Aún pretendo ser extranjera -!Qué basura!

Porque eso es lo que soy en Inglés 

                ahora pretendo ser una flor

  !Garabato flor!

    Porque no soy sempiterna

                              Garabateo

                   Porque no soy ovario

                               Garabateo

                   Porque no soy antera

                                Garabateo

                   Porque no soy pétalo 

                                Garabateo

                   Porque no soy bonita

                                Garabateo

      Soy una extranjera que escribe en Inglés 

      porque Inglés es una extranjera como yo

Escribo prescripciones para el herido y enfermo

                          !República Garabato!

                              !Qué basura!

                 !Ciertamente ninguna margarita!

                           mera… Clozapina


Carmen Socorro Ariza-Olarte, Utrecht